La pérdida de firmeza en la piel está ligada a la producción de colágeno y elastina que va disminuyendo con el paso del tiempo. Su manifestación es más evidente a partir de los 40 años, generalmente en mujeres ya que en hombres puede darse de forma más tardía, aunque la desestructuración de la dermis puede comenzar a partir de los 25.
Mantener hábitos saludables y hacer ejercicio puede ayudar a retrasar sus efectos, pero como las modificaciones a nivel celular y hormonal son naturales del envejecimiento, y por lo tanto inevitables.
Disponemos de tratamientos específicos que ayudan a la regeneración de las fibras elásticas y colágenas para devolver la firmeza y tonificación de la piel.